Door Knocking on Hewitt Avenue

Have you ever gone door knocking? If you’ve never tried it or if you’ve never tried it with AIM, you might reconsider.

This past week my colleague Pilar Olmedo Gordon organized us to knock on doors and collect signatures to get speed bumps on Hewitt Avenue. Her co-conspirators were Lucia, Claudia, Flor, Edith, Reina, Maria, Deli and Dubiney. There’s been a pattern of accidents- both vehicular and pedestrian- resulting both in property damage and death. Speed bumps can help slow down cars.

While, yes, we collected signatures; more than anything, it was an opportunity to get to know neighbors. I will admit this is one of my favorite parts of organizing. To meet people at their door and experience the generosity with which they share stories about themselves and their hopes for their neighborhood is hope-giving in a line of work where campaigns are not always easily won.

What surprised me was watching the team go door knocking together- there was an energy that was infectious, that made neighbors want to be part of the team. Lucia and I had been doorknocking before; as a young woman in Mexico, doorknocking was part of her work with nuns. She was a natural. Watching Flor, Claudia, Edith and Dubiney talk about the work they’re doing in the neighborhood with pride and to watch them invite others into the work was magical.

So, how did neighbors react to this group of gregarious women leaders? Yes, some folks told us they’re not interested and we moved onto the next door. But over 80% engaged with us! They lauded the work. Some invited us in. Others offered a drink. Others wanted to be added to the neighborhood WhatsApp group. Still others offered to pitch in. We hope you’ll join us next time.



Spanish Version

¿Alguna vez has ido a tocar puertas? Si nunca lo has hecho o si nunca lo has hecho con AIM, podrías reconsiderarlo. La semana pasada mi compañera Pilar Olmedo Gordon nos organizó para ir a tocar puertas y recoger firmas para solicitar reductores de velocidad en la avenida Hewitt. Sus co-conspiradoras fueron Lucía, Claudia, Flor, Edith, Reina, María, Deli y Dubiney. Ha habido un patrón de accidentes, tanto de vehículos como de peatones, que han resultaron en daños a la propiedad y muertes. Los reductores de velocidad pueden ayudar a reducir la velocidad de los automóviles que pasan por ahí.

Si bien recolectamos firmas, más que nada, fue una oportunidad para conocer a los vecinos. Admito que esta es una de mis partes favoritas de ser organizadora comunitaria. Conocer gente en su puerta y experimentar la generosidad con la que comparten sus propias historias y sus esperanzas para su vecindario es esperanzador en una línea de trabajo donde las campañas no siempre se ganan fácilmente.

Lo que me sorprendió fue ver al equipo tocar puertas juntos: había una energía que era contagiosa, que hizo que los vecinos quisieran ser parte también. Lucía y yo habíamos tocado puertas antes; cuando Lucía era más joven en México, tocar puertas era parte de su trabajo con las monjas. Ella tiene un talento natural. Ver a Flor, Claudia, Edith y Dubiney hablar sobre el trabajo que están haciendo en el vecindario con orgullo y verlos invitar a otros a unirse al trabajo fue mágico.

Entonces, ¿cómo reaccionaron los vecinos ante este grupo de mujeres líderes? Sí, algunas personas nos dijeron que no estaban interesados y pasamos a la puerta de al lado. ¡Pero más del 80% de los vecinos que vimos interactuaron con nosotros! Ellos reconocieron el trabajo que se está haciendo. Algunos nos invitaron a pasar. Otros nos ofrecieron una bebida. Otros querían ser agregados al grupo de Whatsapp del barrio. Otros se ofrecieron a colaborar. Esperamos que la próxima vez nos acompañes.

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